Cronos, un Dios Olimpico quizá no tan negativo…

El tiempo es una de las cosas más importantes para el ser humano. En todos los aspectos de nuestras vidas, el tiempo nos ayuda a determinar cómo vamos siendo y haciéndonos con nosotros mismos y con los otros. Se podría decir que somos nuestro tiempo, y en nuestro tiempo, y nuestro tiempo, en el sentido de nuestra época, y en nuestra época vivimos un tiempo de pro longevidad ¿pero es correcto ser pro longevidad? Por ejemplo, nuestra edad, el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, el tiempo que trabajamos y el tiempo que descansamos, valga la redundancia, se forma de tiempo, y el tiempo es nuestro y es de todos ¿cómo compartimos el tiempo, lo recrecemos para nosotros mismos, para otros y para todos, y cómo lo llenamos de aquello que nos pueda acercar a la dicha o al bien propio y al de los demás?

En la mitología griega se nos habla de todo esto según experiencias humanas que condensan milenios de observaciones vitales de antiguos inteligentes, sabios creativos sin ordenadores pero que nos lanzaron hasta el hoy imágenes de conocimiento organizado por medio de palabras en lo que llamamos mitos. Un dios relacionado con el tiempo es Cronos, uno de los principales dioses del Olimpo. Aunque muchas personas ven a Cronos como un dios malvado y cruel, hay algunas buenas razones para creer que tal vez no sea tan malo como se cree, lo que, como veremos, nos concierne…

Cronos, el dios olímpico del tiempo

Alegoria del mundo visto desde el Olimpo

Cronos es uno de los principales dioses del Olimpo, el hogar de los dioses del antiguo mundo griego. Una montaña sagrada coronada por un palacio celestial donde solo accedían los inmortales, metáfora de los vivos y sus pasiones en las religiones paganas, que tan políticas y poco espirituales nos parecen a comparación de las religiones paleolíticas con esos chamanes, los que, bien mirado, eran mucho más científicos en sus ingenuas preguntas mágicas a la naturaleza que los desmesurados y tremendos dioses agrícolas.

Cronos, era hijo de Gea, dios Tierra y de Urano, dios Ciélo, un matrimonio perfecto. Fue padre del gran dios Zeus, su sexto hijo, que finalmente lograría derrocarle pues para permanecer en el poder del tiempo Cronos devoraba a sus hijos. Como mito es la antípoda a Edipo, su contrario, pero situado en el medio, bregando por sus derechos de la nueva generación, Zeus logró derrocarle y abrir paso a lo nuevo… pero también Cronos había destronado a su padre Urano…

Cronos bebe la copa que le ofrece Zeus

Entre los antiguos griegos se pensaba que Cronos tenía el poder de controlar el tiempo, lo que significaba que podía ralentizarlo o acelerarlo a voluntad, y así Cronos, que también era celebrado en las cosechas, se nos aparece como un dios que detiene el tiempo egoistamente pero a la vez como un dios, en el plano positivo, que enriquece el lento ritmo de los ciclos.

Además de controlar el tiempo, paradójicamente al ser inmortal, Cronos también era conocido por su longevidad. Se dice que vivió mucho más que los demás dioses, una habilidad que le dio mucho poder. Esto también le permitía ver el futuro y predecir el destino de los mortales. Quizá su punto débil es que jamás alcanzaba al futuro, quizá el secreto de su longevidad inmortal era precisamente que perseguía el futuro obsesivamente, como el coyote perseguía al correcaminos en los dibujos animados de Hanna Barbera; o que para detener el tiempo se detuvo a sí mismo en un estado criogenizado pero olímpico. En todo caso, el mito griego de Cronos no solo nos avisa de los aspectos negativos de la longevidad sino que también sugiere aspectos positivos porque su conocimiento interciclo y transciclo enriquecía a los mortales, lo que surfaba la ciclicidad del mundo en el dios del tiempo era, pues, su factor positivo.

Cronos y la Salud

En efecto, a pesar de que muchos ven a Cronos como un dios cruel y malvado, hay algunas buenas razones para creer que quizás no sea tan malo como se cree. Por ejemplo, hay leyendas que afirman que Cronos tenía un profundo respeto por la salud física y mental.

Se dice que era un gran defensor del bienestar, a modo de dios de las cosechas, y que se preocupaba por la salud de todos los seres humanos. Se cree que promovía el ejercicio regular, el descanso adecuado y una dieta saludable. Estas son todas cosas muy importantes para mantener una buena salud y una buena calidad de vida. Y esto es lógico pues sino no hubiera podido alcanzar tal longevidad incluso entre los inmortales dioses paganos de la Antigua Grecia… disculpenme esta pequeña ironía.

Profundamente interesado en mantenerse sano y llevar un estilo de vida saludable, esto es lo positivo de ese dios olímpico – aunque era un Titan -, pero lo negativo de Cronos fue que no quería compartir ni incluso con sus hijos estos preciados dones. Si bien, como frecuentemente ocurre en los mitos griegos, otros dicen que sí quería compartir estos dones y que las costumbres que él mismo practicaba y los mismos consejos de salud que se aplicaba a sí mismo, también los recomendaba a los demás.

Cronos y el Destino

Además de su relación con la salud, Cronos esta relacionado con el Destino, que podríamos ejemplificar con ese “Yo soy yo y mi circunstancia“, que diría en el siglo XX el filósofo español Ortega y Gasset, mostrando lo laberíntico entre el Tiempo y la Existencia, de lo cual ni el mismo Cronos podía salir. Quizás huía del Tiempo para eludir el Destino que incluso a los dioses paganos alcanzaba de ser derrocados por las siguientes generaciones, por lo que abogaba por la inmovilidad, la cual no siempre es negativa, como también nos avisa el Juramento Hipocrático que hacen los médicos cuando se comprometen con la salud de las personas, que viene a decir que la primera forma de curar es no hacer daño.

Cronos y la Vida Eterna

Alegoría de las raras dimensionalidades de la existencia

Hay que señalar que Cronos era un dios conocido por su longevidad en un sentido heroico entre los dioses, que significaba que como había vivido más, había visto mucho pasado, lo que le daba un poder de ver más el futuro que el resto de los dioses inmortales paganos, puesto que el pasado y el futuro están hechos de la misma materia, la realidad, visible en el presente. Esta capacidad adquirida en el camino de los años hace de los mayores más capaces de ser trioftalmicos, de tener tres ojos, los dos ojos normales y el ojo del tiempo, el tercer ojo, que vé cómo lo que tiene ante si ya es el pasado pues ve el movimiento de lo real, y así ve el futuro, lo que le lleva a ser esceptico pues el movimiento es complicado, complejo y paradojico, y los hitos de verdad esporádicos y poco frecuentes.

…lo que le lleva a ser esceptico pues el movimiento es complicado, complejo y paradojico, y los hitos de verdad esporádicos y poco frecuentes...

Como vemos, incluso el dios pagano del tiempo, aunque equivocado sobre cómo conseguirla, abogaba por la salud y la longevidad, luego vendrían verdades más altas que añadieron lo cualitativo del vivir, incluyendo la salud, no solo para uno mismo sino, en el camino del amor, para otros. Quizá la vida eterna tal como el cristianismo mostró es algo que tiene que ver más con el Amor que con el Tiempo.

En todo caso, hay algunas buenas razones para creer que tal vez Cronos no sea tan malo como su parte peligrosa que tan magistralmente nos cuenta el mito. Si Cronos fue una metáfora de las generaciones mayores, puede hoy pensarse que la lucha por la salud de los mayores y la longevidad biodemocrática, la GerontoMaquia, pueda enriquecer los ciclos de los nuevos y sus generaciones emergentes, sin usurparles el tiempo, y mostrarles al menos cuáles caminos del amor ya recorridos y ya conocidos han demostrado no ser los mejores, sin olvidar, sin embargo, que cada día es una nueva dura prueba, intemporal también para los mayores y para los más mayores, siempre siempre siempre mundanamente humanos.

Redactado por Equipo AntiAging2050 supervisando a CHAT GPT3 & Perplejity.ai, imágenes generadas a traves de Midyourney v 4 y Stable Difussion 2.1. Panel de edición: Gutemberg.

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